La histórica bajante del río Paraná está causando una crisis severa para los productores ganaderos de San Pedro, Buenos Aires, quienes ya enfrentaban dificultades debido a la pérdida de pasto provocada por intensas heladas. La drástica reducción del caudal del río ha dejado a muchas cabezas de ganado atrapadas en las orillas, donde mueren al no poder salir y encontrar alimento y agua. Martín Colón, un productor local, reportó la muerte de 50 vacas y teme que la situación empeore, afectando a unas 8.000 a 10.000 cabezas en la zona de islas.

Los productores, desesperados, intentan rescatar a los animales atrapados en el barro usando caballos, lazos y malacates, ya que el uso de tractores está prohibido en las islas. Además, están confinando al ganado en corrales improvisados como feedlots, donde los alimentan con balanceados y agua, para intentar salvar la mayor cantidad posible. Sin embargo, la situación se agrava por la topografía del terreno y la falta de pasto tras las heladas, que han dejado el suelo completamente pelado y difícil de transitar, lo cual complica aún más los esfuerzos de rescate.

La crisis afecta no solo a Colón, sino también a otros productores de la zona, como Raúl Víctores, expresidente de la Sociedad Rural local, quien describió la situación como "catastrófica". Las condiciones extremas, con costas arenosas y barrosas, y la falta de perspectivas de que el nivel del río se normalice pronto, hacen que el panorama para los productores sea desolador. Aunque algunos han logrado trasladar su ganado a campos más grandes en Entre Ríos, muchos enfrentan pérdidas significativas y un futuro incierto para sus establecimientos.